En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

martes, 27 de septiembre de 2011

La liberación del buque "Matheos I" a ojo de buen cubero

No hay día que no me sorprenda alguna noticia, sobre todo descendiendo a los detalles. De hecho, creo que podría tirarme media vida escribiendo sobre ello, pero es más que evidente que no merece la pena. Entre los medios de comunicación, los políticos, las empresas y el público en general, se ha montado un estaribel (vocablo no recogido por la RAE, pero ciertamente usado por algunas buenas gentes), un follón de dimes, diretes, afirmaciones, desmentidos, asertos y negativas, que no hay hijo de madre que se aclare. Bueno, sí, pero hay que estar muy atento y leer no ya entre líneas, sino con lupa y degustando cada frase, como si fuera un buen vino. 
Todo el mundo conoce la historia reciente (aún está navegando hacia un "puerto seguro") del buque "Matheos I", secuestrado y liberado tras ser aligerado de unas 10.000 toneladas de su carga de crudo, o sea de (redondeando) algo más de 10 millones de litros, por parte de los correspondientes piratas.
Pues bien, ahora sale la compañía propietaria (Consultores de Navegación-Sheena Campbell) con que "la tripulación ha sido objeto de un robo y no se ha pagado rescate alguno".
Coño, y los 10 millones de litros, ¿qué?
En fin, cosas veredes, Nicomedes...

martes, 13 de septiembre de 2011

Ayuda contra la crisis económica en España

Señor Juez:
(¡Uy!, perdón)
Señores del Jurado:
(¡Coño!, más perdón)
Señores del Gobierno (ahora sí): En mi afán por contribuir al bienestar de España, y, por ende, al de todos sus amados habitantes (o "nacionales", como dicen ahora algunos periodistas), me he estado despellejando las pocas neuronas que me quedan con el único fin de ver la salida de este túnel (esto me suena) crisístico,  que parece no tener final.
Pues sólo lo parece, queridos mandatarios, porque la solución está al alcance de todos los españoles (como el mundo entero, según decían los del NO-DO)
Bien sé que a partir de este artículo me lloverán ofertas, bendiciones y reconocimientos en general; que me querréis colgar medallas y otorgar galardones; que hasta pretenderéis hacerme hijo ilegítimo (perdón, de nuevo), quiero decir hijo predilecto de vuestros pueblos y ciudades. Por favor, no caigáis en la desesperación ni penséis que soy un ingrato si no podéis encontrarme: mi naturaleza humilde, casi franciscana, no me permitiría aceptar tan profusos dones de vuestras partes.
Ahora, como profeta en mi tierra que soy (dispuesto a ser lapidado sin contemplaciones), os muestro sin más preámbulos el resultado de mis elucubraciones, no sin antes aconsejaros que dejéis de lado eso del Impuesto sobre el Patrimonio, que huele a pasado y a engañabobos.
Veamos las cifras (todas ellas, por supuesto, se refieren a España):
Jubilados: 5.500.000
Personal ocupado (Primer trimestre 2011): 18.151.700
Sueldo medio anual (2009): 22.511 euros.
Millonarios de 1 a 5 millones de euros: 83.783
Millonarios de más de 5 millones de euros: 5.156
Parados (estos no cuentan, pero lo pongo por cumplir el expediente): 4.910.200
Presupuesto nacional 2011: 315.663.000.000 euros.
Pues bien, a partir de estas cifras vamos a aplicar un impuesto especial, al que llamaremos, por ejemplo, Impuesto Anticrisis, Impuesto de Economía de Guerra o Impuesto Tocahuevos, que eso queda al gusto de cada cual. 
A cada jubilado le quitaremos 1 euro al mes, lo que nos proporcionará 66.000.000 euros al año.
A cada ocupado, un 5% de sus haberes, que nos generará un ingreso de 20.430.645.935 euros/año.
A cada uno de los millonarios que poseen entre 1 y 5 millones de euros, les cobraremos la bonita cifra de 100.000 euros por cabeza, lo que hará un total de 8.378.300.000 euros.
Y a cada uno de los afortunados que disfrutan de más de 5 millones de euros, les pediremos con firme amabilidad que contribuyan a la causa con 250.000 euros, lo que nos dará la nada despreciable cantidad de 1.289.000.000 euros.
El total de ingresos extraordinarios por la suma de todos estos conceptos sería de 30.163.945.935 euros, es decir un 10% del presupuesto nacional.
Si, además, suprimimos el Senado, reducimos el sueldo y las prebendas de políticos y altos cargos públicos y privados, controlamos la Banca, eliminamos el fraude fiscal y les damos la perpetua a todos los estafadores, vividores y chorizos que pululan por el país, el fin de la crisis está a la vuelta de la esquina.
A que soy un genio, ¿eh?

Sorpresa fotográfica en el Día de Olárizu

Ayer celebramos en mi pueblo la tradicional Romería de Olárizu. Olárizu es el monte que aparece al fondo, en esta foto de la izquierda.
Los vitorianos suben al monte y se reúnen en las campas bajo él, para comer, beber, bailar y disfrutar de la música, de la compañía y del día. 
Como la afluencia de romeros es masiva por la tarde, mi esposa y yo decidimos darnos una vuelta por la mañana, a eso de las 12. El día estaba completamente despejado, el calor iba en aumento, y aprovechamos para degustar un "pan preñado" y una jarra de cerveza en uno de los bares que acababan de instalarse. 
Pero voy al grano, porque lo que ahora me interesa mostraros no es, precisamente, la belleza de Olárizu ni la animación de la romería.
Como siempre, llevaba mi cámara fotográfica, y realicé varias instantáneas aquí y allá, aprovechando la excelente luminosidad de la mañana.
Podéis comprobar en estas dos fotografías lo que acabo de escribir: la mañana era nítida, la luz perfecta y no había una nube en el horizonte.
En un momento dado tomé dos fotos con zoom; una es del monte Gorbea y la otra del monte Anboto.
La del Gorbea es ésta:
Es una fotografía bonita, pero sin mayor importancia, como todas las que por lo general hacemos los aficionados a este divertido pasatiempo. A la derecha del Gorbea se encuentra el Anboto, y, por supuesto, tiré otra instánea, que es ésta:
Sigue siendo una foto bonita, sin mayor trascendencia... ¡hasta que la ampliamos
y vemos los cuatro objetos volantes que sobrevuelan las montañas!
Lógicamente, yo no vi nada cuando tomé la foto (el Anboto se encuentra a unos 25 km. en línea recta), pero he quedado muy sorprendido al examinarla con el visor de Windows. 
Una cosa está clara: en el resto de las fotografías, tomadas con pocos minutos de diferencia, no nay nada raro; ni aviones, ni pájaros, ni parapentes, ni leches.
Podéis ampliar la foto clickando sobre ella, pero no saldréis de dudas, je, je, je. 
Lo mismo que yo.
NOTA FINAL: Al volver a observar la foto original, mi esposa me ha hecho ver que a la izquierda del objeto 1 aparece otro, casi invisible por la distancia.

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Paul"

Una vez más os voy a hablar de cine. Diréis que soy un pesado (y puede que tengáis razón), pero es que también soy un cinéfilo impenitente (entre otras cosas peores, je, je) Todavía recuerdo el estreno de "El mayor espectáculo del mundo", de Cecil B. DeMille, cuando tenía yo más o menos siete años. Fue la única vez que mi tío José Mari, hermano de mi padre, me llevó al cine; al Gran Cinema VESA, aquí, en mi pueblo, que entonces era lo más chic y ahora ni existe, transformado en un conjunto de oficinas y locales comerciales que da pena. Pero ésa es otra historia.
Pues sucede que hoy me he saltado el filme "Paul", protagonizado por Simon Pegg, Nick Frost, Jason Bateman, Kristen Wiig y Bill Hader, que cuenta, además, con la breve pero intensa colaboración de Sigourney Weaver, y está dirigida por Greg Mottola.
Había visto su anuncio por televisión unas quinientas veces, y, como podéis suponer, no las tenía todas conmigo. Es más -y para ser sincero- tenía la impresión de que iba a ser un bodrio infumable; una de esas gamberradas cinematográficas (del estilo de "Los albóndigas") a las que nos tiene acostumbrado el cine norteamericano. Cuando apareció la bendita "tele" aquí, en España, la gente decía que iba a acabar con el cine, y ahora resulta que se ha convertido en su principal aliado: todas las "superproducciones" actuales nos llegan, de una forma o de otra, a través de la pequeña pantalla. Y uno va tomando experiencia a fuerza de ver porquerías anunciadas como obras maestras.
Bueno, pues con "Paul" me he llevada una grata sorpresa.
No es que sea, ni de lejos, merecedora de catorce "Oscar", pero la interpretación es correcta, el guión ocurrente, la banda sonora no está mal y te hace pasar un rato agradable y divertido, lo que, en los tiempos que corren, es muy de agradecer. Hombre, vuelven a echar mano del extraterrestre pequeño, de grandes ojos almendrados y piel gris-verdosa, cuando ya en la década de los 70 del pasado siglo se manejaban informes que hablaban de seres entre 60 cm. y más de 3 metros de altura. Pero no importa. "Paul" se hace bastante creíble y hasta simpático (está concebido para eso), y sus vicisitudes en compañía de dos accidentales salvadores terrícolas resultan, cuando menos, muy entretenidas.
Aunque no seáis amantes de la ciencia-ficción ni creáis en OVNI y cosas por el estilo, idos a verla, que lo vais a pasar chachi piruli.
Y si no, pues lo siento.

domingo, 4 de septiembre de 2011

De cine

Últimamente he visto tres películas que han despertado en mí, por distintos motivos, recuerdos y sensaciones que deseo compartir con vosotros. 
La primera, procedente de mi filmoteca particular, es "Matar un ruiseñor" ("To kill a Mockingbird" - Universal Pictures, 1962 - Gregory Peck) Hace apenas veinte minutos que la he sacado de mi reproductor DVD, y, aunque la he visto una docena de veces, me sigue impresionando igual que cuando asistí a su estreno en Vitoria, allá por los 60 del siglo pasado. El guión es impresionante; la fotografía, perfecta; la interpretación, genial; la puesta en escena, asombrosa, y la dirección francamente magistral. ¡Y no tiene efectos especiales...! Además es en blanco y negro. En blanco y negro... Trabajé con un muchacho de veintitantos años que, al comentarle yo alguna película que consideraba interesante, describiéndole los momentos a mi juicio más intensos de la misma, siempre me hacía idéntica pregunta:
- ¿Es en blanco y negro o en color?
- En blanco y negro.
- Pues vaya mierda...
O sea, que de considerar al cine como "el séptimo arte" se está pasando a pensar que las películas, por el hecho de ser en blanco y negro, son una mierda. Es como si se le reprochara a Cervantes que no hubiera escrito "El Quijote" en plan comic.
Bueno, pues a lo dicho: "Matar un ruiseñor" es y seguirá siendo una excelentísima película por los siglos de los siglos. Amén.


Hace unos días tuve ocasión de ver por televisión "El gran Houdini" ("Houdini" - Paramount, 1953 - Tony Curtis y Janet Leigh) Aunque la película se basa en hechos reales, por lo que sé sólo aprovecha tales hechos para, aglutinados al gusto de los realizadores, ofrecernos un espectáculo audiovisual de cierto interés. El hecho de contar con Tony Curtis en el papel de Harry Houdini incrementa notablemente ese interés. La película se deja ver sin problemas, y además es en color, pero si saco a colación este filme no es por su calidad artística, sino por unas muy particulares escenas que me recordaron otras vividas muy de cerca: En un momento dado Houdini es arrojado al río Hudson dentro de un saco, a través de un pequeño agujero perforado en la helada superficie de la corriente. Sale del saco -como era normal en él, gran escapista- pero no logra encontrar la abertura en el hielo, y es dado por muerto. Cuando vuelve a su casa, sano y salvo, explica a su esposa que había conseguido llegar hasta el agujero siguiendo la voz de su madre, que le guió hasta la salida. Es entonces cuando recibe un telegrama  por el que se le informa de que la madre había muerto en Londres, el mismo día y a la misma hora en que él se debatía bajo el hielo entre la vida y la muerte. Parece ser que este suceso nunca tuvo lugar, pero sí es cierto que -en circunstancias desconocidas, al menos para un servidor- Houdini (cuyo verdadero nombre era Erik Weisz) estuvo a punto de ahogarse en un río a la edad de 7 años.
Pues bien, el 25 de Octubre de 1993, una persona muy allegada a mí, bien entrada en años y que vivía sola, se levantó a las 8 de la mañana para ir al lavabo. Mientras caminaba por el pasillo en camisón, escuchó nítidamente la voz de su hermana, residente en Guernica, que le dijo (más o menos):
- Adiós, hermana. Abrígate, que hace mucho frío.
A las 9 de la mañana recibió una llamada telefónica confirmando la muerte de su hermana menor una hora antes.
Por supuesto, no hay constatación científica de los hechos, pero así  fue la cosa y a otra cosa...

También he tenido el ¿gusto? de asistir a la proyección de la tan traída y llevada "Super-8", interpretada por un grupo de jovenzuelos dirigido por J.J. Abrams, y producida por Steven Spielberg y Bryan Burk.
¿Qué queréis que os diga?
Desde mi punto de vista, la película es un bodrio realizado y publicitado a mansalva para intentar sacar dinero. Recuerda inevitablemente a "E.T." y a "Encuentros en la Tercera Fase" (de hecho, el planteamiento es muy similar, con niños, extraterrestres y militares malos y mentirosos incluidos), y hasta la fisonomía del monstruoso y descomunal alien es idéntica a la del "Depredador" de Schwarzenegger. Pero, eso sí, el resultado es mucho peor que el obtenido con las tres citadas anteriormente. En pocas palabras: no vayáis a verla. Bueno, y si no me hacéis ni puto caso y vais, fastidiaros.
Esto es to..., esto es to..., esto es todo, amigos...
Por hoy.