No más emplearé quince minutos
para dejar cerrado este soneto,
capricho contumaz en pecho neto,
opaco brillo en un diamante bruto.
La almohada en ágil pluma así transmuto
y acepto de la oscuridad el reto,
mostrando que no soy ningún paleto
al cosechar del intelecto el fruto.
Con los últimos humos de un cigarro
despido al viejo día y con mi verso,
dispuesto a dar en brazos de Morfeo.
Si bien acierto en el rimado o marro,
el tiempo lo dirá... ¡Que el Universo
disculpe comprensivo el devaneo!
para dejar cerrado este soneto,
capricho contumaz en pecho neto,
opaco brillo en un diamante bruto.
La almohada en ágil pluma así transmuto
y acepto de la oscuridad el reto,
mostrando que no soy ningún paleto
al cosechar del intelecto el fruto.
Con los últimos humos de un cigarro
despido al viejo día y con mi verso,
dispuesto a dar en brazos de Morfeo.
Si bien acierto en el rimado o marro,
el tiempo lo dirá... ¡Que el Universo
disculpe comprensivo el devaneo!
(Servidor de ustedes)