En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 28 de febrero de 2013

En la consulta

"Forges" trabaja todos los días, es evidente, y todos los días publica sus graciosas y aceradas viñetas en la Prensa nacional. Como cualquier artista que se precie acierta más en unas obras que en otras, aunque el estado de ánimo del lector no sea del todo ajeno a este acierto. El mío, hoy,  se ha revitalizado con esta ocurrencia.

"Forges"/El Pais.com (28-2-2013)

jueves, 14 de febrero de 2013

La nieve, ese bendito meteoro

No hay duda de que la nieve es el meteoro más querido por los ciudadanos, aunque cause problemas sin cuento de todos conocidos, que por lo general se superan con buena voluntad y mejor humor. 
Las tormentas asustan -sobre todo a las señoras, aunque también a algún sargento de Caballería, y sé de qué hablo-, la lluvia se te cuela por todos los lados, el viento te despeina, el frío te deja tieso como un carámbano y el calor achicharra. La nieve, en cambio, cayendo tan mansa y silenciosa sobre la ciudad y los campos, cubriéndolo todo con ese capote inmaculado que parece tejido por centenares de hadas, se deja querer. Es más, diría que hasta propicia las cordiales relaciones humanas: los padres juegan con sus hijos; las profesoras con sus niñitos; los novios con sus novias y viceversa, y todo el mundo, en general, saca lo mejor de sí mismo para disfrutar en el seno amigable e impoluto de la nieve.
Hoy, sin ir más lejos, he vivido una de esas interesantes experiencias que se crean al conjuro mágico de la nieve. 
Circulaba en mi coche por una calle de la ciudad rumbo a mi domicilio, acompañado por mi esposa y mi madre política, cuando el vehículo ha recibido el impacto de una bola de nieve que ha sonado en el interior como un auténtico bombazo. Mi suegra no sabía si reír o llorar, y mi mujer se ha quedado pálida y al borde del desmayo. Unos quinceañeros, en un ambiente festivo y cordial y montados en sus bicicletas TT, disfrutaban amigablemente del sano deporte invernal -relativamente moderno- de lanzar bolas de nieve bien apelmazadas contra todos los vehículos que pasaban a su alcance. He sentido en mi interior el ardor de mis tiempos juveniles y no he podido contenerme. Después de orillar el coche, me he dirigido con rapidez al lugar donde disfrutaban los mozalbetes, pero se han largado pedaleando en dirección contraria, sin la menor delicadeza. Apenas hemos tenido tiempo de mantener un breve diálogo mientras la distancia nos separaba. Pero, eso sí, un diálogo típicamente español:
- ¡Me cago en tu puta madre...!
- ¡En la tuya...! - ha respondido uno de ellos, volviendo fugazmente la cabecita.
- ¡No; en la tuya, que cobra más barato...!
Y es que las nevadas -supongo que estaréis de acuerdo- propician el acercamiento entre las gentes de buena voluntad.



Iglesia de San Vicente/Vitoria

Todos tenemos un doble

Todos tenemos un doble por ahí. Al menos, eso es lo que dicen. Y debe de ser cierto, porque una vez me encontré en un bar con un tipo que se empeñaba en abrazarme porque yo era su mejor amigo, y como no me dejé -porque no le conocía de nada- montó un pollo de mil pares de narices, y me amenazó con que "ya hablaremos cuando nos veamos en el pueblo". Así que no quiero ni pensar lo que pasaría cuando se encontrase con el otro... Pero a lo que vamos; a lo de que todos tenemos un doble. 
Con estos líos de nuestra ministra de Sanidad, la señora Ana Mato, su esposo don Jesús Sepúlveda, la trama Gürtel, la corrupción generalizada que sólo afecta a unos pocos y hay que tener fe en el sistema porque es la garantía de los principios democráticos en una economía de mercado que comenzará a crecer a finales de 2014 eso no os lo creéis ni tú ni tus mariachis, lo único que sacaba yo en claro es que el mencionado señor Sepúlveda me recordaba a alguien.
Don Jesús Sepúlveda, marido-separado de doña Ana Mato, ministra española de Sanidad
Dábales vueltas al magín, al intelecto y al recuerdo, batiendo todos los datos bien batidos en un  agotador intento de esclarecer esa sensación extraña e inquietante del "déjà vu", sin obtener resultado alguno. Pero no desfallecía, entre otras razones porque puede que el cuerpo desfallezca, pero el cerebro no parece del cuerpo pues va por libre y el tío es que no para. Finalmente, esta misma mañana, mientras me afeitaba frente al espejo, he descubierto la emocionante realidad que puede ser corroborada comparando las dos fotografías: ¡don Jesús Sepúlveda es el doble -si no el hermano gemelo- del entrenador de baloncesto Dusko Ivanovic!
El entrenador de baloncesto Dusko Ivanovic
El mundo es un pañuelo, ¿verdad, tú?
Pues verás lo que pasa a medio plazo, con eso de la UE y la apertura de las fronteras. Cualquier padre podrá ejercer como tal a lo largo del territorio comunitario. Va a ser la releche.
Digo yo.
Sea como fuere, qué tranquilo me he quedado.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¡Muy bueno, tú! (La nueva residencia de Benedicto XVI)

Todo el mundo se ha enterado a estas alturas de que el Papa Benedicto XVI dejará la silla de Pedro en fechas cercanas, y ocupará un tranquilo aposento en un convento de clausura de Roma.
Lógicamente, ahora viene la batalla de los medios de comunicación por explicar con pelos y señales dónde, cómo, cuándo, por qué, con qué finalidad, de qué color, y todas las chorradas posibles sobre el convento en cuestión, detalles que a la inmensa mayoría de los mortales -por cierto- se la trae al pairo. 
En esta prueba acrobática de rizar el rizo a tumba abierta en los competitivos cielos periodísticos, uno a veces llega a sentir cierta lástima por los padres de determinados profesionales, que financiaron con esfuerzo y dolor una carrera, una licenciatura en Ciencias de la Información para su hijito querido, a todas luces inútil. 
Observen, si no, el siguiente trabajo: "La futura casa del Papa" Al pie de un vídeo -en el que sólo se puede ver el exterior del edificio- el siguiente comentario nos informa sobre las instalaciones del convento en cuestión: 
Este es el monasterio en el que vivirá Benedicto XVI una vez se haya elegido al nuevo Papa. El monasterio contiene una capilla, un comedor, varias salas y una biblioteca, donde Benedicto podrá profundizar en sus estudios y tal vez, escribir un nuevo libro. Habitado por monjas de clausuras, el complejo está siendo remodelado. Los cardenales admiten su renuncia, pero afirman necesitar su colaboración.En un futuro, Benedicto podrá pasear por unos jardines plagados de palmas, naranjos y limoneros los últimos años de su vida.

¡Muy bueno! El monasterio tiene capilla, comedor, salas y biblioteca. Probablemente tendrá también ventanas, techos y puertas. No se mencionan tiendas de moda, ferreterías, supermercados, cines o zapaterías... 
¡Claro!, es que en ese caso en vez de un convento sería un centro comercial.

lunes, 11 de febrero de 2013

Duda teológica

Foto: "El Correo.com"/11-2-2013
Su santidad Benedicto XVI ha comunicado hoy en Roma su decisión de no seguir al frente de la Iglesia Católica, por su edad avanzada y porque se encuentra sin fuerzas para cargar con la cruz que le fue impuesta, como a todos nosotros según la mejor tradición cristiana.
Si el Papa es un árbol caído, no seré yo quien haga leña de él; si es un hombre enfermo, que Dios le acompañe; si el Vaticano nos oculta algo, qué más da: estamos acostumbrados porque es lo que hacen todos los Gobiernos del mundo con sus ciudadanos.
Sorprendido aún por la noticia, lo que realmente me bulle en el cerebro, rebotando contra las paredes de mi cráneo como si fuera una pelota de golf que se me hubiera colado por la oreja, es una terrible duda teológica. Servidor fue educado en la religión católica, la única verdadera como todas las demás, y aunque hace mucho tiempo que uno dejó de lado dogmas de fe, rituales, golpes de pecho, infiernos, jerarquías y órdenes sacerdotales, y se dedicó a pensar por sí mismo con todo el trabajo que eso conlleva, no es menos cierto que uno recuerda gran parte de las enseñanzas recibidas, sobre todo en lo que se refiere al Obispo de Roma. Porque el Papa no es un simple funcionario que pueda salir a tomar café a las 10, que se vaya de vacaciones en agosto o que se jubile a los 67 años, sino el vicario de Jesucristo en la Tierra. Y Jesucristo es el hijo de Dios, lo que complica mucho más la cosa. ¿Cómo puede un hombre nacido de mujer rechazar el mandato de Dios? "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella" "El Papa es infalible cuando habla de asuntos de fe o de costumbres" "Nadie es probado por encima de sus posibilidades" "Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos", etc., etc., etc. 
Si el Papa se larga es que no confía en que Dios esté continuamente a su lado para ayudarle a cargar la cruz de cada día; es que no siente la presencia de ese Dios eterno y omnipotente en todos sus actos; es que, en definitiva, ha perdido la fe. Pero, ¿cómo puede Dios permitir que su representante en la Tierra pierda la fe? ¿Cómo pudo consentir que un Papa indigno ocupara la silla de Pedro?
La cosa tiene su busilis, y ya sé lo que muchos de vosotros -¡ateos, más que ateos!- estaréis pensando, pero creo que debemos aprovechar este momento de sorpresa para meditar profundamente sobre todo lo divino y lo humano. Yo, personalmente, opino que no hemos venido al mundo para ser felices ni para cambiarlo, y estoy más cerca de creer en Dios que en sus delegados terrícolas, pero que cada uno haga lo que considere oportuno.
Con todo el respetuoso cariño que sea posible, eso sí.


domingo, 10 de febrero de 2013

Democracia Circular

A la vista de los acontecimientos políticos de los últimos tiempos en España, creo que estamos en situación de avanzar que hemos descubierto un nuevo tipo de sistema político: la Democracia Circular (DECI; no confundir con DC, Democracia Cristiana) Consiste en que esté quien esté en el Gobierno siempre hace lo mismo para forrarse, mientras los demás partidos, sindicatos y asociaciones varias callan, chupan lo que pueden y esperan su turno para conseguir el área más grande de poder y perpetuar el sistema. 
He aquí un ciudadano español participando en la política nacional.


miércoles, 6 de febrero de 2013

"Made in Spain"

Alfons López/Público.es (6-2-2013)
Hay que reconocer que España es un país cuando menos curioso. No curioso en el sentido de que sus habitantes sentimos un deseo invencible de conocer la verdad o de alcanzar la sabiduría contra viento y marea, sino en el de que merece la pena que nos observen, tranquila, continua y concienzudamente por un microscopio electrónico 2000x porque se pueden tronchar de risa. Vamos a ver.
Para empezar, durante el reinado de Felipe II en España no se ponía el Sol. Lo que no está nada mal, ¿eh? No hay muchos que puedan decir lo mismo, caramba. Ahora hasta le cuesta salir al pobre.
Ya en tiempos más cercanos, concretamente en 1.858, el catalán Narciso Monturiol realiza las pruebas de su invento, el submarino Ictíneo I, en el puerto de Barcelona. El barco navega durante 2 horas y 20 minutos a una profundidad de 20 metros, y vuelve a la superficie sin problemas. Las consecuencias de este suceso en la industria naval española han sido evidentes.
En 1.923, el ingeniero Juan de la Cierva hace volar su famoso autogiro en un trayecto de 200 metros. El aparato, ya en 1.924, efectúa un viaje entre los aeródromos de Getafe y Cuatro Vientos, en las cercanías de Madrid. El autogiro La Cierva es el padre de los actuales Chinook, Apache o Ka-52 Kamov, y la incidencia de este hecho en la industria aeronáutica española a la vista está.
En 1.893 nace en mi pueblo -Vitoria- don Heraclio Alfaro Fournier, pionero de la aviación en España y en Europa. El 22 de junio de 1.914 hace volar en nuestra ciudad, ante 25.000 personas, el Alfaro I, un monoplano con motor de 7 cilindros, que superaba los 100 km/h. A partir de 1.920 don Heraclio empieza a trabajar en los Estados Unidos, con el resultado que todos podemos admirar para la construcción de aviones en España.
En agosto de 1.941, el ingeniero Alejandro Goicoechea lleva a cabo una prueba de lo que poco después será el primer tren de alta velocidad español, el TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol), preludio de los trenes-bala japoneses, etcétera, etcétera.
En 1.954, el campeón argentino Juan Manuel Fangio tomó contacto en España con los automóviles deportivos Pegaso, vehículos que causaron su admiración y que compitieron en algunas pruebas internacionales, como la famosa Carrera Panamericana de México, dejando muy grata impresión   lo mismo entre los profesionales que entre el público. Éste fue el embrión a partir del cual se ha desarrollado la famosa industria automovilística española hasta los niveles que ocupa en la actualidad, por completo en manos extranjeras. 
En conclusión, podemos exhibir con orgullo alrededor del mundo la marca "Made in Spain", pero sin olvidarnos de añadir (bueno, a ellos no se les olvida) "by foreign company". 
Por todo lo anterior y algunos pequeños detalles añadidos poco a poco, así nos va como nos va.
Saludos desde los medios, vuelta al ruedo y ovación.

Pegaso 102 Cabriolet 1955

martes, 5 de febrero de 2013

A la muerte del soldado alemán desconocido (Relato)



A LA MUERTE DEL SOLDADO ALEMÁN DESCONOCIDO

Dedicado con todo mi cariñoso respeto a la familia Bernauer, de Todtnau, Alemania.

          Que la vida teje a nuestro alrededor una inextricable madeja de infinitos y desconcertantes hilos es algo que no podemos dejar de percibir, a poco que prestemos un poquito de atención. Y es inútil que intentemos justificar sucesos, aparentemente inconexos, bajo la manida etiqueta de "casualidad". La casualidad no existe. Todo ocurre en su momento y porque así debe ser, aunque no lleguemos a comprender inicialmente el significado del mensaje que las Altas Instancias —sin duda— nos envían y que, a la larga, siempre encuentra su lugar de acoplamiento en el rompecabezas de nuestra dislocada existencia, refulgiendo entonces como dorada piedra angular que justifica y mantiene el conjunto de la obra.
El soldado Bernauer descansa ya, envuelto en el frescor umbrío de pinos, abetos y cipreses, cubierto por la compasiva tierra de su querida Selva Negra, donde vivió junto a su familia los duros tiempos de la posguerra, los años esperanzados del "milagro alemán" y los felices lustros del crecimiento económico dentro de una paz sólidamente establecida.
El soldado Bernauer y yo jamás llegamos a conocernos. Ni siquiera nos vimos. Pero cuando el teléfono sonó, en aquella fría mañana de últimos de diciembre, poco antes de Nochevieja, y una voz femenina preguntó, en forzado inglés, por Alfred, supe que el viejo soldado había muerto. Lo supe mucho antes de entregar el teléfono inalámbrico a su hijo, que pasaba unos días de vacaciones en mi casa, en compañía de su prometida —mi hija menor—, y antes de que él me confirmara la triste noticia en una miscelánea de inglés, alemán y gestos apesadumbrados.
Todos esperaban el óbito, porque Bernauer llevaba muchísimo tiempo gravemente enfermo pero, como siempre sucede en tales circunstancias, el deceso del marido, del padre querido, les pilló por sorpresa.
Me cogió por sorpresa a mí, que nada tenía que ver con él...
¿Por qué —me pregunto— tuve que ser una de las primeras personas que conocieron su fallecimiento?
Nada ocurre por casualidad.
Quizás, porque debía escribir su panegírico, que es casi como el mío propio.
Sólo conozco retazos de su historia personal, pero son fragmentos suficientes para componer, al menos parcialmente, el mosaico de la existencia de lucha y sufrimiento de un hombre al que la Muerte perdonó directamente en dos ocasiones, e indirectamente en incontables.
El soldado Bernauer se incorporó al ejército del III Reich en plena juventud, siguiendo las órdenes del Gobierno nacional, y combatió en la U.R.S.S., probablemente bajo el mando del mariscal Von Rundstedt. Según mis datos, entraría en territorio soviético en junio de 1.941, participando en la toma de Kiev y en la marcha a través de Ucrania occidental hacia Leningrado, que fue sitiada, bajando posteriormente en dirección a Moscú, pero sin llegar a divisar la capital de los zares, ya que el avance alemán fue detenido por las fuerzas del Ejército Rojo a veinte kilómetros de la ciudad. Sabemos que Von Rundstedt inició entonces su ofensiva por el sur, ocupando Rostov el 22 de septiembre aunque por muy poco tiempo, pues la ciudad fue reconquistada una semana después por el general Timoschenko. En la primavera de 1.942, el mariscal Von Manstein ocupó Crimea, y las tropas alemanas llegaron hasta el Cáucaso, para ser definitivamente detenidas en Stalingrado. El resto, es de sobra conocido.
El soldado Bernauer no participó en la batalla de Stalingrado, porque sé, con toda certidumbre, que su unidad llegó a estar a sesenta kilómetros de Moscú. Desde allí, derrotado y destrozado, volvió al hogar en ruinas.
Aquí podría ir la descripción de la "Blitz Krieg", entre el chirriar de cadenas de los "Tiger", el ulular impresionante de los bombardeos en picado de los "Stuka", la lluvia continua de proyectiles de obuses y morteros, el tableteo de las ametralladoras, los furiosos contraataques de los carros soviéticos "T 34" y de la infantería, en defensa de su tierra y de su honor ultrajados, los ataques a baja altura de los pequeños "Polikarpov I-16", los asaltos a la bayoneta trinchera por trinchera, entre sangre, barro y cuerpos desmembrados.
¿Para qué?
El soldado Bernauer conoció todo eso de cerca y en sus propias carnes.
La explosión de un mortero le perdonó por primera vez la vida en las cercanías de Minsk, pero le obligó a cargar por siempre con el terrible recuerdo, que se alojó en su mente como impresión imborrable y debajo de su cráneo en forma de triple pedazo de metralla.
Mientras tanto, sus dos hermanos, uno en el ejército, como él, y otro miembro de las "SS", habían muerto en combate. El de las "SS" le había dicho, en cierta ocasión:
—Si alguno de nosotros sobrevive a esta mierda serás tú, porque eres mucho más rápido disparando que hablando.  (El soldado Bernauer era ligeramente tartamudo)
A sesenta kilómetros de Moscú, hambriento, enfermo, agotado y desmoralizado, supo que el almirante Doenitz y el mariscal Keitel habían firmado el armisticio. Arrojó lejos de sí el inservible "Máuser", y salió de la trinchera para darse de bruces con un joven soldado soviético que le apuntaba con su metralleta. Quizás porque ambos eran jóvenes, quizás porque los dos estaban saturados de sufrimiento, el soldado rojo le dijo, con una sonrisa compasiva:
—"Fritz", baja los brazos; vete a casa y buena suerte...
Y el soldado Bernauer comenzó su retorno a la paz, a través de las verstas y verstas de la inacabable estepa rusa como un vencido, sin comida, ni abrigo, ni descanso, ni esperanza.
La Muerte le había perdonado por segunda vez para ser su inseparable compañera de sueño y pesadillas, día tras día, año tras año.
Dios sabe que odio la guerra con todas mis fuerzas, porque la considero sacrificio monstruoso de vidas en beneficio de los intereses particulares de aquéllos que jamás morirán en combate, pero —nunca pensé que volvería a hacerlo— desempolvo mi Cartilla Militar nº. 4349186, que me acredita como Cabo de Complemento del Grupo Ligero de Caballería 6 (sección de lanzagranadas) con antigüedad de 21 de agosto de 1.968, según comunicación recibida del Señor General Jefe de la Brigada D.O.T. 6, y saludo militarmente al soldado Bernauer y al soldado del Ejército Rojo que le perdonó la vida y la dignidad en las desoladas estepas rusas, hace más de medio siglo.
El humo de mi cigarrillo huele a pólvora y, por encima del bullicio de la ciudad, casi se escucha el canto metálico de un clarín solitario honrando a todos los que murieron sin más motivo que ser soldados.
Descansa en paz, desconocido soldado Bernauer.
Te lo has ganado.

... Para mí la exaltación del soldado está, en cambio, en todo aquello que éste se vio obligado a soportar, hasta donde la resistencia física y la fuerza moral le sostuvieron.
Escribo para que ello no quede en olvido, para que mi testimonio se eleve como una admonición para las futuras generaciones, a fin de que no tengan que aventurarse en un nuevo Stalingrado; éste es el ideal al que encomiendo mi relato. FRITZ WÖSS ("PERROS, ¿QUERÉIS VIVIR ETERNAMENTE?")

Servidor de ustedes.


sábado, 2 de febrero de 2013

La política española y el restaurante Garmendia

A finales de la década de los 60 del pasado siglo (¡joder!, parece que fue ayer y ya ha llovido, ¿eh?) se celebraban aquí, en mi pueblo, unas veladas de lucha libre que eran la repera. No recuerdo la hora, pero sí que el sábado cenábamos los de la cuadrilla, tomábamos una o dos copas, encendíamos un "Farias" (entonces fumaba todo el mundo a partir de los 17 años, más o menos, y que conste que no estoy haciendo propaganda sino señalando un hecho, y es mejor que no fuméis porque sienta mal, y tengo un vecino que está siendo monitorizado por una maquinota que le tiene en permanente contacto con el hospital porque sus pulmones están hechos cisco de tanto fumar, o sea que, repito, no fuméis), y nos dirigíamos contentos y presurosos al "Frontón Vitoriano", donde, en medio de una infernal humareda cigarreril, aplaudíamos a los "buenos" y maldecíamos a los "malos". He olvidado la mayoría de sus nombres de guerra, pero aún recuerdo a Gran Pólux,  Zuazúa, el Conde Maximiliano y los hermanos Ochandiano. Zuazúa siempre solía hacer de malo. Una vez se metió una botella de "Coca-Cola" en el culote y, cuando su contrario subió al ring, la sacó y le pegó un botellazo en la cabeza. ¡Buah, la que se armó...! De hijoputa para arriba, je, je, je. En cierta ocasión -esta vez la sesión se celebraba en la plaza de toros- agarró un puñado de arena y lo lanzó a los ojos de su adversario, antes de hacerle la "corbata trágica" y cosas por el estilo. Imaginaos los gritos del respetable. 
Lucha libre en Vitoria/Foto de la Web

Lo bueno de todo esto es que los luchadores se "destrozaban" en el cuadrilátero mediante atroces llaves, golpes terribles y estrangulamientos feroces, en medio de un griterío infernal que amenazaba con derribar las pétreas paredes del viejo frontón, pero, una vez finalizada la sesión, podías verlos a todos juntos, incluidos los empresarios, cenando tranquila y felizmente en el restaurante Garmendia, a la sazón uno de los mejores de la ciudad.
En la política española viene sucediendo lo mismo que en la lucha libre.
No hay más que observar los titulares de la prensa:
Uno, que es más inocente que un pato, se queda de piedra.
Porque, vamos a ver, por ahí circulan un montón de documentos escritos -aparentemente- por el señor Bárcenas, de los que se deduce que muchos miembros del Partido Popular, incluido el presidente del Gobierno, se pocearon con dinero ilegal. 
Y ante eso no vale con decir "Es falso" o "Voy a presentar mi declaración de la renta", entre otras razones porque un señor puede hacer una declaración por la que Hacienda tenga que devolverle dinero, y guardar, sin embargo, un porrón de millones debajo de un ladrillo. En mi humilde opinión, de esta movida sólo se puede salir con una investigación libre y a fondo.
Que es lo que debe exigir el señor Rubalcaba, en lugar de decir estupideces. Estupideces que igual no lo son tanto, porque los españoles tenemos la horrible impresión de que nuestros políticos, que controlan a jueces y fiscales, se pelean espectacularmente en el ring pero luego se van a cenar al Garmendia.
¿Me explico?
Foto AFP/El Correo digital (2-2-2012)