Siempre es un enorme placer recorrer el bosque, en cualquier época del año. Lejos del tráfago ciudadano, de la contaminación y del hormigón, el espíritu se remonta sobre los árboles silenciosos haciéndose uno con ellos; con el misterio de la Naturaleza, del que forma parte y al que pertenece desde siempre.
Y si el Sol nos hace guiños entre la fronda y la niebla, hasta podemos hacer unas fotos preciosas.
Como las que os muestro a continuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario